Pero anda levanta la cabeza y verás
En medio del avance de la derecha y la ultraderecha, nosotros también nos sentimos derrotados, como cualquiera que lleve dignidad en las venas.
Son días de reflexión, los resultados de nuestro movimiento y a nivel país han sido duros. La realidad nos golpeó en la cara, esa realidad que no condice ni con estadísticas ni con las redes sociales. El voto fue claro y contundente. Un pueblo desmoralizado, decepcionado, violentado, confundido, atravesando sensaciones de desolación y traición por lo prometido castigó duramente a todo lo que oliera a izquierda, pasando por encima de todos nosotros y nosotras. Creemos profundamente que se deben analizar dichos resultados para luego sacar fundamentos y lecciones.
Que actualmente la derecha y la ultraderecha estén listas para gobernar con amplia mayoría también es nuestra responsabilidad. Hemos sido incapaces desde las izquierdas de conectar en profundidad con la sociedad. Además de politizar lo cotidiano y construir un tejido social que defienda los sectores populares de diversas violencias tales como; la cultura del narcotráfico y el conservadurismo religioso.
Permitimos que exista un sistema subsidiario que, de modelo económico, pasó a ser cultura indivualista. Pensamos que la vulnerabilidad social se podía combatir con discursos, conciertos o publicaciones, cuando la realidad muestra que estábamos más equivocados de lo que creíamos.
Sumando que tenemos un Gobierno absolutamente cambiante, con un programa fracasado por las falsas promesas, ejemplo claro es el manejo del caso Monsalve, aquello caló en la sociedad con justa razón, generando el contexto ideal para obtener este resultado.
Y nosotros también, a pesar de que los resultados muestran un estancamiento de votos entre elecciones, hoy no pudimos conectar a la gente con nuestro proyecto, nuestras propuestas no llegaron y no convencieron. Internamente nos cuestionamos de diversas formas la coyuntura actual y a momentos la claridad de la ruta se fue cayendo. Y ¿Saben? No es extraño que también nos pase, somos personas que estudiamos, trabajamos, ejercemos roles de cuidados y además estamos intentando levantar una alternativa política en base a los espacios democráticos que este domingo a la ciudadanía no le hizo sentido.
Las variantes son múltiples y el país nos demanda una reflexión profunda, asumir como país que estamos tocando fondo, al igual que los resultados que se están dando en el mundo entero. Pero además también es el momento de replantear estrategias, fórmulas y acciones, pues las convicciones siguen intactas y la lucha por la dignidad seguirá estando presente.
Hoy el desaliento es una forma de trabajar y recuperar espacios colectivos, aquello debe ser reparado de forma intrínseca, apelamos derechamente a fortalecer las habilidades sociales y comprender que somos sujetos de derechos con voz propia, no necesitamos súper héroes que nos representen sin siquiera conocer la realidad socioeconómica de las familias y comunidades del territorio.
Se vienen tiempos duros y autoritarios socialmente. Cada vez que la ultraderecha ha estado triunfante, el dolor y la violencia lo carga el pueblo, es por ello que debemos ser capaces de reponernos y estar presentes, a veces para avanzar y como ahora, para resistir.
Tenemos que tener presente que cada derecho recuperado históricamente, ya sea desde los espacios sindicales y/o desde la violencia de género, se encuentran en peligro. Cada que los sectores ultra conservadores y/o religiosos llegan al poder, existe una gran posibilidad de retroceso social en cuanto a derechos fundamentales, hacemos un llamado explícito a no olvidar.
Solo estará muerto quien se rinde, así que ahora a levantar la cabeza.
0 comentarios