A combatir el Adultocentrismo!!

El Adultocentrismo, es una dictadura, tenemos que derribarlo al igual que al patriarcado. Aunque en este último no nos vamos a detener en esta columna, es necesario nombrarlo, para equiparar la necesidad urgente de decontrucción.

Esta visión de tener por debajo a la niñez, sometida a  los intereses de las y los adultos, nos ha determinado infancias invisibles, dado que la primicia es “los niños son el futuro de la sociedad”, como si no existieran en el presente.

Esta hegemonía basada en el poder de las y los adultos, como dogma de organizar la vida, ha roto muchas historias, muchas vidas en los primeros años de las y los seres humanos, porque se nos ha impuesto la noción de que la niñez es un proyecto para más adelante, como si hoy, fueran figuras de arcilla, expuestas a ser modeladas con toda esa carga y todos los errores que hemos cometido como seres, supuestamente maduros.

Es indispensable, asumir prontamente la responsabilidad de cambiar este paradigma dañino, para que por lo menos, podamos prometerles a las próximas generaciones, tener un mundo más amistoso donde las y los niños puedan desarrollarse en plenitud y ser considerados sujetos y sujetas de derecho, donde escuchemos su opinión y sus sentimientos. Un mundo donde todos y todas nos preocupemos del bienestar de la infancia, otorgándoles amor y seguridad, no golpes ni castigos para imponerles nuestras creencias de cómo deben ser las cosas.

Se deben erradicar los malos tratos  hacia las y los niños, como también dejar de exponerlos a situaciones de tensión y violencia, que puedan ocasionarles daños en su sicología, en su estructura mental y emocional.

Como se ha dicho varias veces: Seamos la o el adulto que nos hizo falta a nosotres cuando éramos niñes. Esa persona que nos tomó en cuenta, que nos escuchó y que nos creyó. Incluso podemos ir más allá, podemos darle cabida a les niñes y jóvenes dentro de este inminente proceso constituyente que se nos viene, un espacio donde podamos oír lo que piensan y que es lo que desean mejorar en su país.

Porque no olvidemos que este tremendo proceso histórico, político y social, fue empujado, por niñes y adolescentes que se cansaron de ver tanta injusticia, y se hicieron protagonistas autónomos de la revuelta. Digo autónomos, porque por iniciativa propia, decidieron evadir el metro toda esa semana, que culminó con los sucesos del 18 de octubre. Mientras las y los adultos preferían hacen vista gorda y seguir viviendo en la sumisión y sometimiento de este modelo neoliberal y su desgarradora práctica antipopular, que hoy en medio de una pandemia mundial, ha quedado al descubierto su propósito de desigualdad y miseria.

Mariela Salazar, Cordinadora Frente por la Niñez