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PERDIMOS: ERRORES, HORRORES Y AUTOCRÍTICA

Publicado por movimie4 en

Llevamos ya unos días de tristeza,  de un pueblo desmoralizado, violentado, confundido, atravesando el principio de una cruel crisis económica y esta votación nos hizo pisar la realidad más dura de nuestro Chile. Pero es necesario analizar y transmitir lo que el movimiento plantea como mentiras, violencia, errores, horrores y autocríticas.

El resultado es absolutamente contundente, pero seguramente lo que transmite más dolor tiene que ver con el voto de rechazo expresado en los sectores más postergados de la sociedad. Había un trabajo que venía a abrazar en derechos a los espacios populares del país y nos dijeron no, gracias.

Ese NO tan fuerte que se escuchó, tiene múltiples factores y el primero sin duda tiene que ver con la mentira descarada y sin asco que ejerció el poder económico del país, difundido y publicitado a través de sus soldados políticos, que utilizaron como megáfonos a los medios de comunicación y redes sociales. 

Comenzamos con la autocrítica más grande ¿cómo un país con tal nivel de problema de vivienda, que en su absoluta mayoría se atiende en Fonasa, tiene pensiones mínimas, donde solo tiene un integrante de la familia en promedio que termina la universidad, con problemas de accesibilidad al agua, con un 14% de incertidumbre sobre el acceso a la comida y con un 30% aproximadamente de trabajadores informales, que en cada casa se comparte con una mascota, termina creyendo más en lo que le dicen los medios a su propia realidad?

Y esa respuesta tiene un responsable directo, nosotros, en la incapacidad que hemos tenido desde las izquierdas para llegar a lo más profundo de la sociedad, sin haber politizado los aspectos más cotidianos, sin colocar al pueblo como un sujeto activo en su rol de lucha, sin tejido social construido, sin un Estado presente,  dejando los sectores más populares a merced de la cultura del narcotráfico, las religiones más conservadoras y la dependencia básica de las organizaciones comunitarias al servicio de la extorción de la autoridad de turno. En fin, permitimos la instalación completa de un sistema subsidiario, que partió siendo un modelo económico y que cada día que pasa penetrando culturalmente. Si creíamos que esa vulnerabilidad social que no supimos combatir durante tantos años y que ahora era aún más violentada sistemáticamente a través de la mentira comunicacional, incrementada a grandes niveles a través del encierro de la pandemia, la convencieron en tres meses, con un volante, un concierto para convencidos o un posteo en redes sociales, la verdad es que estábamos más equivocados de lo que creíamos.

Pero ojo, ese es solo una arista, también hay otros puntos que observar, por ejemplo el Gobierno de turno. Un Presidente que llegaba a través de la esperanza de transformaciones, pero con el nombramiento de sus ministros, como el de Hacienda, ya sentimos que eso no era así, que solo se venía a administrar el modelo y ser complaciente con el poder económico. La gente lo sintió, encontró contradicciones a través de la negativa del retiro de su 10%, el no encontrar ayuda social hasta la llegada del invierno y solo en un sector solamente, al haber entregado un limosna en cuanto a la alimentación estudiantil, y no haber podido hacer algo ante el aumento de todos los índices financieros que afectaron directamente el bolsillo de todos los chilenos.

Claro que seguramente lo más grave fue el involucramiento directo del gobierno, en la campaña de Apruebo,  transformando el plebiscito en una especie de debate sobre la aprobación o rechazo del Gobierno. Esto volvió aún más vulnerable el proceso, haciendo cualquier incidente que tuviera en la cotidianidad, como el conflicto en la Araucanía, la de perseguir a los vendedores ambulantes generalizando y no poder aislarlos del narcotráfico y la delincuencia (entendiendo el nivel de trabajo informal del país) o el temor de perder el trabajo en Petorca, se volviera en contra de la propuesta constitucional.

Pero el nivel de intromisión fue a gran escala, tan así, que el propio Presidente mandató a uno de sus ministros y a los presidentes de partidos y movimientos políticos con representación parlamentaria, para que acordaran un documento para “reformar” si ganaba el APRUEBO, algo que sin duda genera aún más confusión e incertidumbre al proceso.

Un punto que debemos explorar inevitablemente, fue el funcionamiento de la convención y sus convencionales, comprobamos que los electos venían más una voluntad individual y una mirada sectorial, más que proyectos colectivos, y quedó demostrado en la incapacidad de haber compuesto un equipo de trabajo que pudiera recorrer los distritos de extremo a extremo, en cada sector popular que terminó inclinándose por el Rechazo. No podemos obviar la arrogancia reflejada de algunos constituyentes, gestionando espacios solo para convencidos o colocando grandes requisitos para asistir al actividades (como cantidad de gente, que no sea domingo y un sinfín), pero que al momento de enfrentar otros escenarios, de ciudadanía que había que ir a convencer, vimos lo complejo que les resultaba relacionarse con la gente en el territorio.

Sin duda, si quisiéramos seguir escarbando en errores y horrores que se cometieron en el proceso, encontraríamos muchos más, pero es necesario avanzar, más que nunca no abandonar la lucha. Instamos a la política chilena a solucionar la democracia con más democracia, pasar de una convención a una Asamblea Constituyente, que busque la participación directa de la gran mayoría del país y no pretendan avanzar en un acuerdo parlamentario, para que no sean recordados en la historia como los grandes traidores de la patria.

A los sectores políticos y sociales que se sienten identificados con las necesidades de transformar el país, los llamamos a avanzar en una unidad que busque politizar cada rincón y no solo crear un acercamiento en virtud de un voto. Hoy el poder del capital, a través de su Gobierno y parlamento, busca proscribir una forma de vida, quieren borrar la lucha colectiva y de la dignidad, y tenemos que ser capaces resistir para avanzar con resolución. Sabemos un Chile distinto puede ser posible, es deber  de todos los que sentimos el dolor de la derrota, de levantarnos y transformar esa rabia en unidad y compromiso social, colectivo, para logremos esa victoria tan anelada.

Abrazos

Movimiento Somos


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