El Fracaso del Gobierno en Wallmapu
Somos Araucanía
Mientras se reconocía a medias las responsabilidades históricas del Estado respecto de la invasión al territorio de la Nación Mapuche, ejercían presión hacia el Gobierno los distintos sectores políticos conservadores de la república chilena (derecha e izquierda) por continuar con el control del libre desplazamiento por parte del ejército a través del Estado de Excepción Constitucional en la Araucanía. También además de estas presiones políticas internas, organizaciones de resistencia territorial como la Coordinadora Arauco Malleco, en la vocería de Hector Llaitul, realizaban un llamado a la resistencia armada.
Este escenario de presiones y respuestas ha llevado a que el Gobierno se remita a continuar con la estrategia que impulsó Sebastián Piñera, es decir, la política de diálogo hasta el momento ha debido quedar relegada al plano ideal del Gobierno.
Pero, ¿están las condiciones para un diálogo?
Desde las distintas agrupaciones y expresiones políticas mapuche y no mapuche en el Wallmapu no existe una sola voz que busque lo que el Estado chileno a través del gobierno y sus parlamentarios quiere, que es un diálogo, ¿con qué contenidos? ¿Reconociendo específicamente qué responsabilidades propias?, en fin, un diálogo que más parece una propuesta de un centro de estudiantes universitario que de un gobierno nacional con claridad de sus acciones.
No existe una claridad respecto a las intenciones del gobierno al promover un diálogo vacío como el que presenta como alternativa y necesidad, al respecto, dentro de algunas expresiones de resistencia cultural y territorial de la nación mapuche, se sostiene que las acciones llevadas a cabo por el Estado en territorio mapuche luego de la firma del Tratado de Tapihue en 1825, que ratifica la frontera entre ambas naciones en el río Bío Bío, son actuaciones completamente ilegitimas, y dentro de este contexto, todas las acciones de resistencia son completamente válidas y legítimas.
Además, existen organizaciones territoriales y políticas dentro de la nación mapuche que reivindican la autodeterminación y la independencia por completo del pueblo mapuche respecto del Estado de Chile, cuestión que incluso tiene un tratamiento jurídico por parte de diversas personas y entidades expertas en el derecho internacional.
Lo que sí está claro al menos en estas dos posturas que bien podríamos denominar de resistencia, es que la crítica hacia el gobierno actual radica en que es parte de una serie de acciones ilegítimas históricas del Estado mediante el gobierno central, en los territorios de la nación mapuche, pueblo que por acuerdos y además por derecho propio busca reorientar el curso que la vida tiene en sus tierras, esto quiere decir básicamente y debido al contexto actual, detener la maquinaria industrial capitalista que el Estado de Chile mediante su gobierno, protege e impulsa en el Wallmapu.
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